viernes, 3 de mayo de 2013

LIBERTAD

  Por: @LuisAngelPorto
Caminabas con la mirada, triste, perdida en el suelo,
no había consuelo, que aliviara tu llanto;
tu fe se agotaba, no tenías esperanza, no creías en nada;
Pero lento, muy despacio, los brazos de mi padre, te abrigaban,
y al oído te decía: Tranquilo, calma, que nada pasaba,
que él contigo estaba, desde el día que naciste,
y por los siglos de los siglos, te declaraba libre.