Humanamente permanecemos 9 meses dentro de
nuestra madre, algunas veces menos, pero desde el momento de la fecundación, e
inclusos antes, ya nuestros padres sueñan
con nosotros.
Ellos se
preguntan por cuál será nuestro sexo, ¿de qué color serán nuestros ojos?, ¿cómo
será nuestro cabello?, ¿será sano?, ¿se parecerá a mi?. E incluso, nos visionan, y hacen planes con nosotros, desde antes de consultarnos.
Desean que
seamos futbolistas, cantantes, modelos, ingenieros, arquitectos, y, al
nacer, día a día nos van formando,
en nuestra ignorancia, pero solo es poco a poco cuando se ven los
resultados, a medida que vamos creciendo, y ellos reflexionan: ¿fue cómo lo soñé?, ¿es cómo lo
imaginaba?, ¿Tomó el camino que yo le tenía preparado o fue construyendo un nuevo camino?.
Así mismo es con Dios… con una pequeñísima diferencia:
Él antes de permitir que se conozcan nuestros
padres, ya tiene escrito cuándo
llegaremos a este mundo, que año, que mes, que día, en qué lugar, en manos de
que persona, e incluso cuál será nuestro nombre.
Pero más que
eso, él ya conoce cuál será nuestro sexo, el color de nuestros ojos, el tipo
de cabello, y nuestras necesidades por el resto de nuestra vida.
Él ya tiene,
desde mucho antes, planes para
nosotros. Somos la respuesta a la
necesidad real del mundo, una extensión de Dios en la tierra, sus
labios, sus manos, sus ojos. ¡SUS HIJOS!
Él puede hacerlo solo, pero quiere hacerlo con nosotros, a través de nosotros.
Él, en su
inmensa bondad, y sabiduría, decide
darnos vía libre a crear nuestro
propio destino, el que él ya nos preparó,
el más seguro, si decidimos escuchar su voz, o el que
nosotros, en nuestra inocencia, ignorancia, independencia decimos tomar.
¡Es aquí
donde cambia la cosa!
Tienes dos
caminos, ¿cuál vas a tomar?
Siempre habrá tiempo, oportunidad, lugar y espacio
para los que deciden cambiar de
rumbo.
“Jesús dijo
que tenemos que ser como niños, para ver el reino de los cielos.
Un niño es
inocente, es dependiente, no guarda rencor, sabe reconciliarse rápido.
Sobretodo,
un niño cree. Cree en lo invisible. Cree en lo imposible.”
Más que
religión - (Marcos Brunet, Jorge
S) – Diálogo íntimo 2
¡Volvamos a la esencia de la inocencia!
¡Seamos como niños!
No hay comentarios:
Publicar un comentario