Justamente, cuando mi esperanza se desvanecía,
como el sol, al caer la noche,
cuando desesperado buscaba el camino,
cuando concluí que era imposible hacer los sueños realidad,
sonó el despertador, dentro de mi corazón.
Había llegado el tiempo.
Cuando menos lo esperaba, cuando no lo había planeado
un par de ojos me miraban, y me iluminaban el sendero;
solo bastaron unos pasos para encontrar el momento.
En la tierra estabas, donde yo te había buscado,
te escondías a la vista de todos, al final del arco iris,
debajo de un castillo, lejos de un "x",
esperando por quien observara más allá de los sentidos.
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